Nueva Muestra Histórica


Con gran placer, la Asociación por la Historia Viva pudo realizar el pasado fin de semana una muy cálida muestra de fotografías y objetos que nos acercaron un poquito más al orgulloso pasado de la Comarca.

El evento fue organizado en el marco de la Feria Regional del Artesano, impulsada por el Instituto de Nivel Superior de Río Colorado, y que atrajo a una interesante cantidad de público hacia la Plaza San Martín.

En dicho marco, la Asociación en conjunto con la Biblioteca Domingo Faustino Sarmiento, recrearon el pasado local a través de un gran número de fotografías, que se reunieron gracias al aporte de familiares del recordado José Miguel, y al de otros vecinos de la localidad.

Se volvieron a observar las memorables carreras de tortugas de don José, sus disfraces, su sana locura...

Además se contó con la presencia y exposiciones de Inés Luna, Rafael Ontiveros, y Antonio Marcatilli, todos de General Conesa.

Una cálida muestra, y una gran asistencia de público...todos un poquito más cerca de nuestra historia.

Quiénes somos...

“Asociación por la Historia Viva” nació como un proyecto de aula, luego fue creciendo y tomando forma alimentándose de las propias necesidades existentes en la Comarca Río Colorado – La Adela.
En el año 2007, alumnas y docentes de la carrera de Turismo del Instituto de Nivel Superior de la localidad de Río Colorado, provincia de Río Negro, comenzamos a realizar prácticas tendientes al mejor conocimiento y rescate del Patrimonio Histórico y Cultural de la Comarca Río Colorado – La Adela.
Fuimos visitando lugares históricos, entrevistando antiguos vecinos, y sacando del arcón de los recuerdos aquellas viejas fotografías familiares, todo con la finalidad de preservar la memoria local, y difundir en las propias escuelas de la comunidad las anécdotas e imágenes de la historia cotidiana de una comarca que transita más de un siglo de vida.
Estas primeras investigaciones fueron realizadas entre otros por Shirley Trancamilla, Mónica Palau, Victoria Fernández, Noelia Albornoz, Mariela Ibáñez, Mirta Valenzuela, Ivana Birge, Verónica Entraigas, Yésica Ríos, Diego Zurueta, Rosa Palacios, Victoria Lillo, Virginia González y Marcela Betas.
Los trabajos realizados constituyeron una experiencia absolutamente positiva y enriquecedora, y decidimos ir más allá...
Conscientes de que en las localidades mencionadas no existe un Museo o Archivo Histórico en el que la documentación y la memoria de los vecinos se encuentre resguardada, tomamos la iniciativa de constituírnos en una asociación civil cuya finalidad fuera precisamente ésa, rescatar, preservar y difundir las distintas formas en las que la memoria local se manifiesta.
Otras instituciones fueron sumándose al proyecto, como la Biblioteca Popular Domingo Faustino Sarmiento, y pudimos concretar presentaciones y muestras al público, participando por ejemplo en la 1° y 2° Feria del Libro de Río Colorado; pudimos ser parte asimismo de la 3° y 4° Feria de Artesanos Regional organizadas por el Instituto de Nivel Superior; e igualmente en varias oportunidades realizamos presentaciones para los alumnos de las escuelas 18, 46, 91 y 346.
Haciendo camino al andar..., en el año 2008 el proyecto fue afianzándose y seguimos sumando socios y adherentes.
Hoy la Asociación está creando una base de datos, para que la información obtenida sea debidamente registrada y resguardada, y la comunidad pueda tener acceso y conocimiento de la memoria del pueblo.
La historia local “vive”, en la memoria de sus vecinos, en las imágenes que se evidencian en esas viejas fotografías, en los papeles olvidados o en los periódicos viejos que ya nadie lee.
Rescatar, preservar, y difundir esa memoria, es la tarea que desde la “Asociación por la Historia Viva” pretendemos realizar.
Pero claro, se hace camino al andar...


Diego Zurueta

Un encuentro muy placentero




La Segunda Feria del Libro L.E.E.R., llevada a cabo en Río Colorado del 22 al 24 de Mayo de 2009, tuvo un gran marco de público que se dio cita en el S.U.M de la Escuela 18, en donde se pudieron apreciar stand de diferentes librerías del pueblo, exposiciones de cuadros, esculturas, disertaciones de escritores como Carlos Espinosa de Viedma, Silvio Tejada de Santa Rosa, el grupo Tinta Libre de General Conesa, Elías Chucair de Ing. Jacobacci, Ramón Minieri de Río Colorado, y muchos más.
En el marco de este evento, la Asociación por la Historia Viva, organizó un recorrido turístico con un grupo de escritores, por el pueblo de Río Colorado, iniciando el mismo por los talleres de la Agrupación Música Esperanza (representación de la ONG de nivel nacional), que funciona en la vieja Estación del Ferrocarril, y que dicta talleres de plástica y guitarra a cincuenta chicos aproximadamente.
Luego los escritores pudieron ser agasajados con una rica merienda al aire libre, en la que disfrutaron de mates, café, variedades de té, y ricos budines de mandarina y manzana entre otras cosas.
Fue en ese marco que se produjeron amenas charlas entre los presentes, en las que podía observarse un cálido intercambio de experiencias, opiniones y datos, que evidenciaban su grata estadía en la chacra de la familia Fernández.
Terminada la merienda y luego de sacar las merecidas fotos que recordarán para siempre este momento, nos dirigimos al histórico barrio de Buena Parada, lugar donde se inició la vida de Río Colorado, y tras recorrer edificios antiguos, fuimos a orillas del río, a observar el viejo puente ferroviario, en el marco de un paisaje otoñal en el que la hojarasca fue lo más destacado.
Seguidamente nos dirigimos a mostrarles el Puente Carretero “viejo”, el cual fue recientemente inhabilitado para el tránsito automovilístico, para poder ser preservado como Patrimonio Histórico.
Fue así que la Asociación por la Historia Viva realizó una muy grata experiencia al participar en la Segunda Feria del Libro, exponiendo además objetos antiguos, sumando socios, y disfrutando del encuentro con escritores.
Este evento sirvió para nutrir de experiencias, sumar propuestas, y recopilar nuevas sugerencias para este grupo de trabajo, reunido en torno a la recuperación y preservación del Patrimonio Local.


Marcela Betas

Un Té con mucha historia...

El día sábado 19 de Septiembre de 2009, se llevó a cabo en el Instituto de Nivel Superior de Río Colorado, el Primer encuentro de Té, organizado por la Asociación por la Historia Viva.
El mismo fue organizado por Marcela Betas, Diego Zurueta, Ivana Birge y Rosa Palacios, representantes de la mencionada asociación.
En un cálido ambiente, rodeado de rico té y acompañado de un sabroso budín de mandarinas, las señoras Shirley Tagliabúe de Etulain y Nilda Santagiulana de Iturrioz, fueron invitadas para contarnos sobre sus experiencias de vida en el pueblo de Río Colorado, sus costumbres, las vicisitudes de su infancia, su paso por la docencia, y en fin todos sus recuerdos vinculados a este pueblo, y la comparación de sus vivencias con los tiempos actuales.
Este Té Temático, fue el primero de otros que serán organizados para invitar a mujeres y hombres, que tendrán así la oportunidad de contarnos sus historias de vida y realizar el invaluable aporte de su memoria, el cual quedará como registro de la historia de éste, nuestro querido lugar.

Marcela Betas

Era común que los vecinos ayudaran...

A nadie se le escapa que los inicios del pueblo se encuentran en el actual y a la vez antiguo barrio de Buena Parada, sobre las márgenes del río.
Distintos sucesos, entre ellos la gran inundación de 1915, fueron determinando que las autoridades y el grueso de la población se trasladara a las tierras adyacentes a la Estación del Ferrocarril y al puente carretero de hierro, inaugurado en 1909.
La localidad seguiría creciendo y tomando la fisonomía dada por esos distintos centros nucleadores, y lo que antiguamente fuera pueblo de Buena Parada, sitio pionero en la comarca, se iría convirtiendo con el tiempo en el barrio más antiguo.
¿Pero cómo era la vida en ese lugar hace unos años?
Para responder esas dudas persisten las fotografías, los documentos, pero también y muy especialmente la memoria, y sobre todo la de aquellos que recuerdan el barrio a través del cristal de la nostalgia.
Surge de sus relatos la visión de una vida acostumbrada al trabajo y al sacrificio, cuando según la mayoría de ellos “...acá no había nada”.
Para darnos una idea basta con conocer algunos testimonios, voces que en un barrio tan antiguo y conocido seguro se pueden ir multiplicando con imágenes similares.
Nadie puede olvidar por ejemplo, y sobre todo en Buena Parada, la presencia de doña Eustaquia, asociada para siempre en el recuerdo de muchos por su tarea de enfermera. Y es ella precisamente quien se mostró dispuesta a relatarnos sus inicios en esa noble actividad, y a brindarnos una imagen de su querido barrio:

“...En el año 31 yo vine a la escuela de Buena Parada, la vieja escuela que estaba al lado de las vías, ahí y en ese año plantamos esos viejos eucaliptos que todavía están al lado de la vía...los eucaliptos están porque de la escuela no quedó nada...se fue cayendo y lo que no se cayó, después lo tiraron todo...”

“...Casas había pocas, unas poquitas casas así de material, esto era todo ranchitos de adobe...”

“...En el 45 me interné acá en la salita, y ahí me dijeron si no quería quedarme a trabajar...yo estaba en ese tiempo en el campo y me dijeron que la enfermera que estaba se casaba y se iba...así que ahí empecé a trabajar en la salita en el 45...”

Doña Eustaquia no fue la única voz. Quienes recuerdan los tiempos pasados en el barrio, nos traen imágenes de sacrificio y trabajo, como Francisco Chalcosbky, quien con un amplio testimonio nos brindó su panorama del pasado:

“...Ahí donde está la escuela, ese terreno era de la plaza, todo eso era para la plaza...y el busto ese que está en la plaza San Martín, ese lo habían traído para la plaza de acá de Buena Parada...después vinieron y se lo llevaron... pero era para esta plaza...”

“...Acá se trabajaba mucho la alfalfa, se sembraba, se trabajaba, el que tenía 20 o 30 o 10 hectáreas lo que fuera... , y después se traía la enfardadora que tenía que ser tirada por dos caballos...y se hacían unos flores de fardos!!...”

“...Todos trabajaban, mujeres, chicos, hombres, todos tenían que trabajar, y era común que vinieran los demás vecinos a colaborar en los trabajos de cada uno...”

“...Los oficios más importantes que había cuando yo vine eran el de herrería y carpintería, sobre todo se usaba mucho para los carros, antes no había coches...eso sí, se hacían unos trabajos que por ahí duraban toda la vida...”

Es curioso como a veces concuerdan los relatos, sin saberlo Nilda nos brindaría una imagen muy similar sobre el barrio, haciendo hincapié en aquello que ya señalara Francisco sobre la cultura del trabajo y la participación de todos:

“...Mi abuelo vino de Italia, con un primo que era carpintero de apellido Benetti...más o menos para el 1900 ya estaban todos divididos los lotes de Buena Parada y mi abuelo se hace dueño así de dos chacritas junto al río...”

“...Mi abuela no era italiana pero se ve que adoptó las costumbres, los jueves y domingos la comida eran las pastas, incluso se criaban los cerdos y después hasta se hacían las facturas...facturas de cerdo...”

“...Se dedican a la agricultura, tenían también unas viñas, y esto le permitía hacer unos vinos caseros que según cuenta la gente que lo conoció era un muy buen vino, muy rico...”

“...El hizo mucho por mejorar la producción de estas tierras, antes se sacaba el agua mediante norias...después hubo gente que usaba malacates...esta era una zona en la que se sembraba y cosechaba mucho pasto, alfalfa...todo después se enfardaba y se veían unos fardos grandes...”

“...Yo lo que rescato mucho de mis abuelos es la unión que había antes en las familias...me acuerdo que cuando venía el tiempo de la vendimia salíamos todos, los abuelos, padres, tíos, mujeres y chicos y nos íbamos a vendimiar...también venían las familias de los vecinos, y todos juntos se daban una mano...después cuando se terminaba en una chacra iban todos juntos a seguir colaborando en la chacra de los vecinos...”

“...Yo pienso que a lo mejor para los que vienen ahora les es más fácil, tienen las herramientas, el canal de riego hecho, tienen estudio....pero por lo que recuerdo y me contaron, la gente que vino de afuera acá, no la pasaron muy bien...pasaron muchas penurias...”

Sin duda que como éstas, otras voces pueden ir reflejando de manera mucho más exacta las distintas carencias y virtudes propias de un barrio, que desde muchos años atrás ve transitar la vida de sus vecinos.
Van surgiendo nombres propios y anécdotas, imágenes dormidas en la memoria de un sitio que aunque pasen los años, se enorgullece de ser, con su impronta de trabajo y sacrificio, la cuna de la historia local.



Fragmentos de entrevistas realizadas entre Mayo y Octubre de 2007 a Eustaquia Albariño, Francisco Chalcobsky y Nilda Santagiuliana por Verónica Entraigas y Yésica Ríos, en el marco del Proyecto de Rescate y Preservación del Patrimonio Local, del Instituto de Nivel Superior de Río Colorado.

El Cristo pesaba como mil kilos...

En el año 1948 se inicia en lo alto de la barda la construcción de la Ermita, en sus inicios un panteón policial para homenajear a los policías caídos en cumplimiento del deber.
El proyecto o idea original correspondía al comisario José María Fosatti y la ejecución de la obra estaba a cargo del personal policial con destino en La Adela.
El lugar se eligió por la forma que presenta la barda, los cimientos se realizaron sobre las rocas y a partir de allí se levantaron las paredes de 30 cm. de espesor. A partir de los 3 metros de altura y desde una loza reforzada se ubicó una imagen de Cristo, especialmente traída desde Buenos Aires. La misma se colocó con una grúa cuya pluma debió extenderse con tablones de lapacho.

Eliseo Martínez nació en Jacinto Aráuz, provincia de La Pampa, el 16 de Febrero de 1920. Trabajó seis años en la policía, y su testimonio es muy importante ya que él mismo fue uno de los obreros que participó en la construcción de tan importante monumento, símbolo de la fisonomía y el paisaje de la Comarca:

“...El promotor fue el comisario Fosatti, ese fue el de la iniciativa, yo había empezado como policía a principios de 1948, todos los que trabajábamos éramos del personal policial. El albañil a cargo de la construcción era Juan San Cristóbal, y los ayudantes éramos Gregorio Tapia, Atilio Reibure, Rodríguez y yo...ninguno de ellos vive, sólo quedo yo.
“...Trabajábamos ocho horas por día, en esos momentos no teníamos que cumplir trabajos en la comisaría...”
“...Las obras las empezamos en el 48, y se terminó en 1949, si no recuerdo mal fue inaugurada en Noviembre del 49...”

Don Eliseo continúa su relato con su voz suave, y del mismo pueden obtenerse datos que a la mayoría de quienes estamos acostumbrados a visitar el sitio se nos escapan, sólo perdura en la memoria de quienes lo conocieron hace algunos años:

“...El proyecto de Fosatti era hacer una capilla para recordar todos los que han muerto en cumplimiento del deber, adentro había una imagen de la Virgen María, y catorce fotos en homenaje a los caídos...tenían una pequeña leyenda en la que estaba también el nombre de quienes los habían matado, después eso se fue deteriorando...y con los años pasó a manos de la Iglesia...”
“...Todo se fue deteriorando... lo que pasa es que la gente es así, nunca falta un voluntario... incluso la imagen del Cristo y eso que pesaba como mil kilos ya que es de hormigón...tuvieron que ponerlo con una grúa...”
“...Al principio la Ermita tenía una puerta que miraba para el lado de la comisaría, después cuando pasó a manos de la Iglesia hicieron la puerta hacia el otro lado...”

Las primeras informaciones con respecto al tema fueron recogidas en la Municipalidad de La Adela, allí surgió el nombre de don Eliseo Martínez, quien constituye un privilegiado testigo del momento en que comienza a erigirse un Monumento tan característico para la localidad de La Adela y toda la Comarca.

Fragmentos de la entrevista realizada por Mónica Palau en el año 2007, en el marco del Proyecto de Rescate y Preservación del Patrimonio Local, del Instituto de Nivel Superior de Río Colorado.